BIENVENIDA

¡Hola a tod@s!

Os doy la bienvenida a mi blog.

Este blog nace con la intención de ser no solamente un lugar donde incluir mis opiniones, comentarios, sugerencias, vivencias, informaciones interesantes, divertimentos, etc., sino también un espacio común donde poder comunicarnos.

Aceptaré todo tipos de críticas, aunque prefiero las constructivas, que me ayudarán a mejorar.

Espero que os guste.

Carpe diem.


martes, 18 de diciembre de 2007

¡¡¡Sooooocooooorrooooo!!! Llega la Navidad (segunda parte)


Damas y caballeros. Estimado y respetable público:

Debido al ¿éxito? de mis reflexiones sobre la Navidad y a vuestra insistencia, me veo en la obligación de estrujar mis escasas y limitadas neuronas masculinas y redactar una segunda parte sobre todo lo que rodea al acontecimiento que celebramos el 25 de diciembre.

Una de las cosas que más me alteran es la profusión de todo tipo de iconos y símbolos navideños. Realmente es una avalancha de “señales” que te recuerdan una y otra vez en qué época del año nos encontramos inmersos. Y a las pruebas me remito. Como diría Horatio Caine (el pelirrojo de la serie CSI, el que siempre tiene en las manos sus gafas y mira de lado al sospechoso de turno; pues ése): “Las personas mienten; las pruebas, no”.

Llego al trabajo en estado casi catatónico, enciendo el ordenador medio sonámbulo y me dirijo a la máquina de café. Perdonad el inciso. ¿Habéis visto una máquina de éstas por dentro? Bueno mejor no lo explico porque puede salirme un sarpullido. Me centro en la cuestión: después de echar el dinero y darle al botoncito correspondiente, ¡zas!, aparece el vaso de plástico. ¿Y qué tiene impreso el vaso? Pues unas campanitas y una ramita de órdago. ¡Joder! Empezamos bien el día...

Empiezo a trabajar y de repente hay algo que capta mi atención. Me quedo quieto, atento, pongo mis orejas en punta como un lince ibérico en busca de presa y empiezo a alterarme. Son las 9.30 de la mañana y alguien ha conseguido que por los altavoces del hilo musical salga una combinación de notas musicales inconfundible: un villancico. Y otro, y otro, y otro... Después de varias horas aprecio que hay un cambio de estilo. Menos mal. Pues no. Ahora ponen una canción de Wham o George Michael (no lo sé) también navideña. Por fin se acaba, pero atacan de nuevo: “Feliz Navidad, feliz Navidad, próspero año y felicidad...”. Esto es increíble. Son nada más y nada menos que Boney M. Pero, ¡¡por Dios!! ¿No existe la compasión humana? Por cierto, el cantante del grupo qué raro era, ¿verdad? Aparte de lo hortera de su ropa, tenía los pelos a lo afro pero como si le hubiera atacado un cortacésped. Y cómo se movía, como si tuvieras espasmos, o pasara electricidad por su cuerpo... Yo tengo una teoría al respecto: le apretaban los calzoncillos, no tenía un riego sanguíneo adecuado y claro eso afecta a la cabeza y a las extremidades superiores e inferiores. Os adjunto una foto para que juzgueis vosotros mismos:



En un momento determinado necesito buscar una información y me conecto a Internet. Cuando estoy a punto de escribir la palabra en la casilla del buscador, me fijo en la parte superior de la página y aparece un muñeco graciosete que aparece y desaparece, un abeto y empieza a nevar sobre el nombre del buscador. ¿Aquí también?

Después de mis 8 horas obligatorias en el trabajo (¿trabajando?) me toca ir a comprar los fantásticos regalos de Navidad. Debo hacerlo. Tengo que ser fuerte y superar esta fobia. Estoy obligado a tener algún detalle con la familia. Si no lo hago, igual no quieren hablarme o ya no me invitan a las pantagruélicas comidas dominicales. Ostras, pues pensándolo bien, quizás vale la pena... Bueno, a lo que vamos, que a veces me desvío del tema.

Voy a unos grandes almacenes y casi me doy un encontronazo en la entrada con un tío de barba blanca, nariz roja, mayorcete el pobre, diámetro de cintura considerable, con botas negras, uniforme rojo, una campana y que, de vez en cuando, dice algo así como “Jo, jo, jo, jo...” (lo siento, ahora no me acuerdo si eran 4 o 5 “jo”). Seguro que hay entre vosotros alguien que ya sabe a quién me refiero. Si es así, ya puede llamar a la NASA porque allí están necesitados de gente con talento e inteligencia.

Aparte de los regalos más o menos habituales, compro cava, turrones, barquillos, licores con alcohol, licores sin alcohol, mantecados, polvorones… Por cierto, ¿qué diferencia hay entre los dos últimos productos? Nunca lo he sabido. Ah, le doy un premio a quien pueda comer dos polvorones, dos rebanadas de pan Bimbo y diga con toda claridad “Zaragoza”.

Ahora llega la última fase pero continúa mi sufrimiento. Llego a la caja y la chica intenta esbozar una sonrisa aunque le sale algo forzada. Lo entiendo perfectamente. Lleva un gorrito de Navidad y debe de tener sus extremidades inferiores en un estado lamentable. Seguramente cada vez que tiene su merecido descanso mira si todavía le quedan deditos. Además me da unas bolsas donde continúan apareciendo más motivos navideños. ¡¡¡Díos mío!!! ¿Cuándo va a acabar todo esto?

Después pongo la tele para intentar distraerme un poco, pero mi penitencia sigue y llega a cuotas casi inhumanas. Tengo familiares en casa y se empeñan en que hay que ver la programación de TVE. Si no, no vale. Callo por no insultar y me entran escalofríos de saber a qué me enfrento: programa especial de Navidad con Raphael y las campanadas con Ramón García. Aunque quisiera pasar del tema, no puedo evitarlo. Hay algo más anodino y pesado que aguantar año tras año al cantante con el “Tamborilero” ése y después ver a Ramón García con su típica capa anunciando las campanadas desde la Puerta del Sol. ¿Qué pasa con este hombre? ¿De pequeño nunca le compraron el traje de Batman?

Pues eso: feliz Navidad a todos.

martes, 11 de diciembre de 2007

Frases de Woody Allen (1)



Siguiendo con la línea empezada con las frases de Groucho Marx, os invito a compartir unas frases del genial Woody Allen. Espero que podáis disfrutar de ellas:
  • Sólo existen dos cosas importantes en la vida. La primera es el sexo y la segunda no me acuerdo.
  • Me interesa el futuro porque es el sitio donde voy a pasar el resto de mi vida.
  • El dinero no da la felicidad, pero procura una sensación tan parecida, que necesita un especialista muy avanzado para verificar la diferencia.
  • El amor es la respuesta, pero mientras usted la espera, el sexo le plantea unas cuantas preguntas.
  • La vocación del político de carrera es hacer de cada solución un problema.
  • Soy lo suficientemente feo y lo suficientemente bajo como para triunfar por mí mismo.
  • Hay peores cosas en la vida que en la muerte. Si has pasado una tarde con un vendedor de seguros sabes a lo que me refiero.
  • Las mujeres más lindas resultan casi siempre las más aburridas, y ese es el porqué de que ciertas personas no crean en Dios.
  • Para ti soy ateo. Para Dios, soy la fiel oposición.
  • Mi psicoanalista me advirtió que no saliera contigo, pero eras tan guapa que cambié de psicoanalista.


¡¡¡Sooooocooooorrooooo!!! Llega la Navidad


Pues sí amigos, se acerca la Navidad, con todo lo “maravilloso” que eso significa. Si no estáis de acuerdo conmigo, os invito a que reflexionemos juntos y después podemos entablar un diálogo (o una discusión) sobre este tema.

Personalmente debo confesar que no me gusta mucho la Navidad. Bueno, creo que no me gusta nada. ¿Por qué? Tengo mis motivos y os lo expondré a continuación. Si tenéis paciencia para llegar hasta el final del escrito, quizás me déis la razón o quizás lleguéis a la conclusión de que, efectivamente, mi espíritu navideño es más bien escaso.

Creo que lo que peor sobrellevo es la “obligación” durante unas semanas de ser bueno y que los sentimientos humanos más solidarios afloren. Yo creo que esto debería ser siempre y no cuando nos acercamos al 25 de diciembre. La obligación de todos debería ser “haz el bien y no mires a quien”. Yo añadiría “en cualquier momento” (y no sólo en Navidad).

Otra cosa que me agobia mucho es la profusión desmesurada de anuncio sobre juguetes. Nos bombardean con spots del muñeco cagón, del muñeco meón, del muñeco que ríe, del muñeco que gatea, del muñeco que caga y ríe a la vez (¿existe?)... ¿Qué es lo que está pasando en la actualidad? ¿Un muñeco no tiene gracia si no tiene facultades que rozan lo escatológico?

Aunque lo que peor llevo es lo que os explico a continuación. Lugar: grandes almacenes de una ciudad importante. Día: cualquier sábado o festivo cercano al día de Navidad.

A muchas personas seguro que les encanta pasearse en estas circunstancias por unos grandes almacenes para mirar y remirar todo tipo de objetos. Yo no.

No puedo soportar los villancicos que escupen los altavoces a un volumen molesto para mis delicados tímpanos. A veces me cuesta días desembarazarme de ese zumbido que retumba por mi cerebro falto de neuronas.

No entiendo cómo hay algunos que disponen de unas manos con un agarre fuera de lo normal para llevar muchas bolsas y de tamaños importantes que te van dando sin ni siquiera disculparse. Una vez me dieron un golpe certero en el occipucio que casi me desmayo. Yo creo que el tío aquel tenía un revés más potente que Roger Federer.

En otra ocasión estaba inmerso en la búsqueda de algún producto que no recuerdo y fui embestido por una señora que con su carrito me dio un topetazo tal en el zancajo que por poco me tienen que cortar el pie como a Kunta Kinte (alias “Tobi”).

Y si empezamos a hablar de comer o cenar puede ser el acabose. Un descontrol de comida, bebida y sustancias estimulantes (café, licores, orujos, pacharanes, coñacs, whiskys, vermuts…). Vamos que después de estos días, tienes que llevar a cabo la dieta de la alcachofa, del pomelo y de cualquier otra verdura o fruta que se te ocurra.

Una vez estuve cenando en un restaurante y parecía que casi todos los presentes tenían una tendencia alcohólica más que acusada. Y claro, en tal situación, ¿qué pasa? Pues que los camareros se “contagian” del ambiente lúdico-festivo, con la consecuencia caída al suelo de todo tipo de comida y bebida.

Pues a lo que iba. Me dirigía al lavabo para aliviar la acumulación de líquidos y pisé en una zona donde se acumulaban restos de comida pringosa, salsas varias y bebida. Intenté escapar: mis pies se movían a gran velocidad pero quedaba atrapado como en el triángulo de las Bermudas. Parecía una escena de dibujos animados, puesto que mis piernas se movían y se movían pero yo no escapaba de aquel peligroso lugar. Finalmente pude alargar mi pierna hasta un sitio donde pude coger tracción y cogí tanta velocidad en un instante que casi me como el ficus que se encontraba al lado de la puerta de entrada del restaurante.

Después para llegar al lavabo tuve que sortear tantos obstáculos que era más difícil que superar la pista americana de los marines: niños, abuelas, suegras, cuñados, mesas amontonadas, sillas sin dueño, barriles de cerveza, árbol de Navidad, muñecos de Papá Noel, cables con bombillitas y más bombillitas…

Entro en el lavabo y allí parecía que estaban preparando la inauguración de un nuevo pantano. A duras penas sobrevivo a la situación (casi necesito un snorkel) y finalmente me lavo las manos. A continuación coloco mis manos estratégicamente debajo del aparato para secarme. Empiezo a mover las manos de un lado a otro, acercándolas y alejándolas, formando círculos… Seguro que está estropeado o desenchufado… Pues no, debido a mi falta de agudeza visual y/o atención, me doy cuenta de que había puesto las manos debajo de un aparato del que cuelga papel pero que estaba vacío. ¿Me estaré volviendo tonto…? ¿Estaré protagonizando una especie de “Pesadilla antes de Navidad”?

viernes, 7 de diciembre de 2007

¿Qué le pasa al cine estadounidense?

Estoy seguro de que la pregunta del título ha sido pronunciada muchas veces por críticos, cineastas y cinéfilos.

Actualmente el cine que se rueda suele ser, en su gran mayoría, falto de interés y sobre todo de originalidad. Esta tendencia ya comenzó hace varios años y sigue en caída libre a excepción de algún que otro ejemplo de película curiosa o interesante.

Ahora se hacen películas a partir de alguna película europea que haya tenido éxito o que se escape algo de los temas tan trillados, de una antigua serie de televisión, de cómics, de videojuegos, remakes de películas de gran éxito, de juegos de mesa, de noticias curiosas, de historias fantásticas o épicas sin mucha lógica, de casi cualquier libro que haya tenido éxito sin merecerlo especialmente...

A todo esto le podemos añadir esa multitud de escenas y situaciones tópicas y típicas que inundan los 24 fotogramas por segundo; por ejemplo:
  • Un coche se aproxima, para, el conductor abre la puerta y el cámara siempre enfoca a sus pies. ¿Quiere promocionarse el sector del calzado?
  • Si entras a oscuras en un piso (rectifico en "tu" piso), seguro que un gato con mala leche te da un susto de muerte. ¿Acaso no sabes que tu mascota vive contigo en el piso?
  • Cuando cabreas a alguien por cualquier circunstancia seguro que te llama con tu nombre y apellido completos. ¿Hay alguna ley que obligue a utilizar nombre y apellido completos en caso de enfado monumental?
  • El 95% de los estadounidenses viven en una casa monísima con amplio jardín por delante y con párking propio. ¿Quién vive entonces en los pisos? ¿Los desmemoriados con gatos cabrones?
  • El motor de arranque de los coches suele fallar en los momentos más inoportunos y tensos. ¿Los coches en Estados Unidos no pasan la ITV?
  • Para ser un buen policía debes cumplir una serie de requisitos: tener problemas con el alcohol, tener una vida más o menos atormentada, estar separado o divorciado, o si está casado encontrarse en un momento de crisis sentimental, tener un expediente por insubordinación, llevarse a matar con su jefe, tener un coche destartalado, tener encontronazos con Asuntos Internos... ¿El paradigma debe ser el John McLane de la "Jungla de Cristal"?
  • Para llevar a cabo una investigación exhaustiva y con garantías de éxito siempre hay que visitar un local de streaptease. ¿No hay mejor sitio para encontrar fuentes fidedignas?
Seguro que hay muchas más, pero de momento ya está bien la dosis cinéfila de hoy.

Siempre nos quedará París...

miércoles, 5 de diciembre de 2007

¿La última moda es vestirse con ropa conseguida en promociones de bebidas y de tabaco?

Últimamente está ocurriendo un fenómeno bastante curioso según mi parecer. Es la moda de vestirse casi exclusivamente a base de ropa conseguida en las muchísimas promociones de bebidas (alcohólicas) y tabaco que inundan bares, discotecas y pubs por todo el territorio. Sí, he dicho bien, territorio. A ver si es posible erradicar la moda del término “geografía”, que estrictamente es la ciencia que trata la descripción de nuestro planeta Tierra. Pero vayamos al meollo de esta reflexión.

Conozco algún caso en el que ves claramente que esa persona se ha aficionado a acudir a cualquier promoción en la que pueda conseguir algún que otro artículo u objeto interesante. Y por supuesto la ropa de marca (de bebida alcohólica y/o de tabaco) lo es.

Cuando dicha persona se pone a tiro (visualmente) y tienes la posibilidad de fijarte en todos los detalles, reconoces nombres y logos que son familiares; es decir, que han formado parte de tu aprendizaje por todos aquellos locales donde te mirarían mal si pidieras una horchata o una zarzaparrilla. ¿No te suena zarzaparrilla? Sí, hombre. Es aquella bebida que pedían algunos duros vaqueros en películas del spaghetti western o eso al menos creo recordar.

Volvamos a lo que nos interesa. Pues sí, hay personas que se visten de esta manera y a las siguientes pruebas me remito. Advertencia: para no hacer propaganda gratuita de ciertas marcas, me veo en la imperiosa necesidad de alterar en algo su nombre comercial:
  • Gorrito Gota B
  • Pantalón Casiqué
  • Camiseta Luqui_es_trique
  • Polo Yeimisón
  • Jersei Güistón
  • Sudadera Malmorro
  • Etc.
Además podemos también entrar en el fascinante mundo de los complementos de todo tipo. Cito sólo estos ejemplos:
  • Bandolera Ladios
  • Reloj Marc Tiní
  • Llavero Bífiterr
  • Billetera Esmir_no
Pues eso. Ya estáis avisados. Si alguna vez os topáis con alguien con esta tendencia por lo que se refiere a la ropa, tened cuidado. Está acostumbrado a estas promociones y como para conseguir premios hay que consumir mucho, no compitais con él puesto que seguro que os puede dar un patatús por intentar seguir su ritmo.

Último consejo: prudencia ante todo, que no vale la pena convertirse en una persona dipsómana para tener un fondo de armario más extenso.

martes, 4 de diciembre de 2007

Diana Navarro, una voz y un arte impresionantes


El pasado 2 de diciembre tuve la suerte, mejor dicho el gran privilegio, de asistir al concierto que dio Diana Navarro en el Auditori de Barcelona.

Hasta el momento Diana Navarro ha sacado al mercado dos trabajos discográficos: "No te olvides de mí" y "24 rosas". Su canción más conocida, de su primer disco, es "Sola".

Todos los calificativos que se me ocurren son pocos para describir la emoción de sus canciones y de esa voz privilegiada. En muchas de sus canciones se van mezclando, de forma magistral, raíces andaluzas y árabes. Pero por encima de todo su voz, que a veces es suave y tierna y otras se convierte en pura potencia para interpretar, por ejemplo, una saeta o una copla.

Para ello tan sólo necesitó la colaboración de 5 músicos (guitarra, bajo, teclados, violín y batería - percusiones) y, en algunas ocasiones, una chica a los coros.

Además de su arte cantando nos muestra su maestría a la hora de mover los brazos y, sobre todo, sus manos para acompañar las estrofas de cada canción.

Espero sinceramente poder disfrutar lo antes posible de un concierto de Diana Navarro y volver a emocionarme como lo consiguió en varias ocasiones. Ojalá que no tengamos que esperar un año para verla de nuevo, como ha ocurrido esta vez.

Humildemente creo que ahora mismo no hay nadie que pueda equipararse a Diana Navarro dentro de su estilo.

Gracias por tu arte, malagueña.

www.diananavarro.org

Te invito a que escuches la interpretación de "Sola" en los Premios de la Música:


¿La TDT es la solución?

Yo pensaba, ingenuo de mí, que con la llegada de la Televisión Digital Terrestre (TDT) el panorama de la TV iba a mejorar. La verdad es que no lo tengo claro. Aunque seguro que ha cambiado en algo: ahora tenemos un aparato tecnológico más que conectar y un mando a distancia más que controlar para no sentarnos en él.

Después de conectar el aparato para ver la TDT y efectuar una búsqueda automática de canales, compruebo que el número total de los encontrados no equivale al mismo número de canales diferentes; es decir, hay televisiones que se emiten en más de un canal. ¿Para qué?

Además de las cadenas nacionales y autonómicas, aparecen algunos canales curiosos en los que su objetivo es venderte cualquier tipo de utensilio u objeto extraño. Desde una crema de babas de caracol que servirán para que tu piel quede rejuvenecida y que no necesites liftings hasta un juego de cuchillos coreanos que cortan cualquier cosa y que pueden durarte tantos años que puedes dejarlos en herencia a tus nietos.

Hablando de espacios que te ofrecen productos para que compres. No sé qué tienen que te enganchan. ¿Será su repetición de las virtudes increíbles del producto? ¿Será que el presentador o presentadora suele ser alguien muy conocido y prestigioso? Estos presentadores igual son conocidos en su país porque aquí seguro que no. A continuación explico un fenómeno digno de constar en sesudos estudios de comportamiento humano.

Llegas a casa de madrugada pones la tele y cuando comienzan los "teletiendas" de turno comienzas a ponerte cómodo en el sofá, fijas tu atención en las maravillas del producto (y a sus ofertas incluidas si tu llamada es de las 50 primeras) y finalmente piensas: "¿Por qué narices no tengo ese juego de cuchillos coreanos? ¿Cómo he podido vivir tanto tiempo sin ellos? Con lo útil que pueden ser cuando tenga que cortar un clavo y, a continuación, pelar los tomates para hacer la ensalada... ¡¡¡Maldición!!! Porque no tengo saldo en la tarjeta de crédito que sino...".

Debo reconerlo, muchas veces después de zapear a diestro y siniestro sin encontrar nada interesante, me he parado en un programa de cocina. Quizás no aprenda mucho pero da gusto ver cómo manejan todo tipo de utensilios: ollas, cucharas, tenedores, fuentes, platos grandes, platos pequeños, cacerolas, sartenes... Pero nada es comparable a cuando llega el momento culminante: el cocinero coge el cuchilllo y mis ojos se centran rápidamente en él. Quiero saber, miento, necesito saber imperiosamente de qué marcan son... ¿Serán los coreanos? Como sea así, no tengo escapatoria, mi cerebro entra en un bucle y ya noto cómo mi mano se acerca a la cartera e intenta encontrar la tarjeta de crédito.

¡Estoy perdiiiiidooooo!

sábado, 1 de diciembre de 2007

Frases de Groucho Marx (1)


Personalmente uno de los personajes (creo que podría calificarse así a los que su inteligencia e ingenio los colocan un peldaño por encima de la mayoría de personas) que más me han cautivado (y hecho reír) es Groucho Marx.

Creo que su sentido del humor único merece que sea promocionado siempre, y más en momentos como los actuales, llenos de crispación, reproches, venganzas, injusticias, corrupción, vejaciones, abusos, desprecios, desplantes, etc. En definitiva, que cualquier cosa que consiga que se dibuje en nuestro semblante una sonrisa (o incluso risas) vale su peso en oro.

Por este motivo, humildemente me propongo ser un difusor de su humor (¿absurdo? ¿genial? ¿brillante? ¿surrealista? ¿estrambótico?) y de su inteligencia, plasmados en frases tan insuperables como las siguientes:

  • Parad el mundo que me bajo.
  • Éstos son mis principios. Si no les gustan, tengo otros.
  • Encuentro la televisión muy educativa. Cuando alguien la enciende, me voy a la biblioteca y leo un buen libro.
  • Nunca veo películas donde el pecho del héroe es mayor que el de la heroína.
  • He disfrutado mucho con la obra de teatro..., especialmente en el descanso.
  • Nunca pertenecería a un club donde admitieran como socios a alguien como yo.
  • Inteligencia militar son términos contradictorios.
  • ¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?
  • La justicia militar es a la justicia lo que la música militar a la música.
  • He pasado una noche estupenda..., pero no ha sido ésta.
Creo que de momento es una buena muestra del ingenio de Groucho. Seguro que próximamente habrá alguna entrega más.

Me despido citando el que comentan que es el epitafio de su tumba: "Perdonen que no me levante".